El poder de la perspectiva
Voy a comenzar este post con una pregunta capciosa. Consideremos el ruido que produce un paso. Si nos preguntáramos: «¿Qué significa un paso para nosotros?», seguramente contestaríamos: » No significa nada en absoluto». Cuando uno camina por una calle muy concurrida, los pasos son tantos que ni siquiera se oyen. En tal situación no tienen ningún significado eficaz. Pero; ¿Y si estuviéramos sentados a solas en casa, de noche, y oyéramos pasos en la planta baja, y un instante después escuchamos unos pasos de alguien que se acerca? ¿Tendría ese ruido algún significado? SIN DUDA que lo tendría.
Este ejemplo supone una explicación clara de lo que supone la perspectiva en nuestras vidas. El significado de cualquier experiencia de la vida depende del marco en que la situemos; si cambiamos el marco, es decir el contexto, el significado cambia al instante. Una de las herramientas más poderosas para el cambio personal consiste en aprender a situar el mejor marco posible para cada experiencia, de esta manera, sacaremos a relucir la mejor opción posible de esa experiencia determinada. Muchas veces vivimos rodeados de oportunidades que nos permitirían hacer de nuestra existencia precisamente lo que quisiéramos. Hay recursos para convertir nuestros grandes problemas en nuestras mayores oportunidades, pero sólo lo lograremos si conseguimos abandonar los patrones de percepción sesgados.
En el mundo no hay nada que tenga un significado inherente. Nuestra idea o fundamento de las cosas y aquello que hacemos en la vida depende principalmente de nuestra percepción. La mala suerte es un punto de vista, somos propensos a atribuir un significado concreto de las experiencias. Decimos que tal cosa ocurrió y que «tal» significa «cual», cuando en realidad los posibles modos de interpretar cualquier experiencia son infinitos. Lo habitual es enmarcar las cosas según las hayamos percibido en el pasado.
Si cambiamos estos patrones habituales de percepción, conseguiríamos inducir mayor variedad de opciones en nuestra vida. Las percepciones son creativas y susceptibles de generar novedad. Por ejemplo, si percibimos algo como una obligación, tal es el mensaje que enviamos a nuestro cerebro; y entonces, éste produce estados que hacen de ello una realidad. Si cambiamos nuestro marco de referencia para contemplar la misma situación desde otro punto de vista, cambiaremos nuestra manera de reaccionar ante la vida. Es posible modificar nuestra representación o percepción acerca de cualquier cosa, y en el mismo instante cambian nuestros estados y comportamientos, en esto consiste redefinir el marco.
La redefinición del marco de referencia o contexto es esencial para aprender a comunicarnos con nosotros mismos y con los demás. A un nivel personal, se trata del significado que queramos conferir a los acontecimientos. A un nivel general, es una de las herramientas de comunicación más efectivas que existen. El que establece el marco, el que define el campo de juego, es el que ejerce una mayor influencia.
Debemos considerar las infinitas posibilidades que nos otorga cada experiencia, de esta manera, seremos capaces de escoger aquella que saque lo más provechoso de nuestras capacidades, es importante que así sea, lograremos cosas GRANDES.
«Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino»
– S.R. Covey