El arte de la escucha empática y profunda

Saber escuchar

Saber escuchar con empatía y profundidad es una de las claves indispensables para formar relaciones sólidas, constructivas y sinérgicas. Es un paradigma efectivo cuyo cometido es la comprensión real e integrada de todos los aspectos estructurales del emisor (físico-mental-espiritual). Se trata de un arte difícil de dominar y aplicar, ya que escuchar es algo que por naturaleza nos cuesta hacer de manera sincera y desinteresada. Veamos como podemos progresar adecuadamente en este campo tan importante para nuestra vida y desempeño.

Stephen Covey retrato de manera certera y concisa lo que entendía por escucha empática«El arte de comprender y después ser comprendido». No lo pudo definir mejor. Efectivamente, esta cita retrata perfectamente que significa saber escuchar. Comprendiendo primero al otro y asumiendo su postura y marco de referencia, lograremos entender el trasfondo de sus pensamientos e inquietudes, llegando así a «ser la otra persona», comprendiendo sus paradigmas, sus sentimientos y sus más profundos anhelos. Esto nos proporcionará apertura, confianza y sinceridad por parte del que habla, creando así una relación positiva y duradera.

Lamentablemente, la mayor parte de las personas no escuchan con la intención de comprender, sino para contestar y replicar. Estas personas filtran todo lo que el otro dice a través de sus propios paradigmas y enfoques, leen su autobiografía en las vidas de los demás, juzgando y etiquetando según sus propios sistemas de creencias. Estamos llenos de nuestras propias razones y buscamos continuamente que nos comprendan, sin embargo, raramente buscamos comprender y ponernos en «las carnes» del otro.

Cuando otra persona habla, por lo general, la «escuchamos» en uno de estos tres niveles:

1. Escucha ficticia: Hacemos como si escucháramos pero realmente estamos fingiendo o ignorando todo aquello que el emisor dice. Es sin duda, el nivel más ineficiente de escucha.

2. Escucha selectivaEs una escucha en la que se oyen solo ciertas partes de la conversación, generalmente, aquellas partes que corroboran nuestro marco de referencia. Se interrumpe cuando se percibe alguna idea que no encaja con nuestra visión. Es un tipo de escucha pobre e ineficaz.

3. Escucha atentaEs el tipo de escucha que más se acerca a la escucha empática. Se presta atención y se centra toda nuestra energía en las palabras que el emisor pronuncia. Sin embargo, no se llega a conseguir una escucha profunda y verdadera.

En la escucha empática, uno escucha con los oídos, pero también (y esto es lo verdaderamente relevante) con los ojos y con el corazón. Se escuchan los sentimientos, los significados y la conducta. Percibimos, sentimos e intuimos utilizando todo nuestro potencial cerebral (ambos hemisferios). Por otro lado, este tipo de escucha es profundamente terapéutica y curativa, ya que proporciona comprensión, amor, valor y apreciación en aquel que recibe la escucha. Otro aspecto relevante es que se incrementa el «depósito emocional» con la otra persona obteniendo como resultado una sinergia tremendamente cualitativa y una comunicación interpersonal efectiva.

Debemos integrar este nuevo paradigma en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Partiendo del núcleo familiar, y acabando en el ámbito empresarial y gubernamental. Gran parte de los problemas del mundo se deben a la imposición directa o sútil de una serie de ideas sin escuchar ni comprender debidamente las otras. Debemos ver las cosas a través del marco de los demás para comprender sus ideas más arraigadas sobre aquello que se debate.  Las ventajas derivadas pueden ser francamente espectaculares y las ganancias globales incalculables. Redefinamos nuestra visión, apliquemos una escucha empática y profunda.

«Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar»

Winston Churchill

12 comentarios

  • Rodrigo Treviño

    Gracias Andres, es de mucha ayuda tus comentarios.

  • Gracias por el reblog Jose Antonio. Feliz y productivo día para ti.

  • Gracias por tu aportación Hugo. El aprendizaje y el entendimiento proviene de una mente que es capaz de posicionarse totalmente en el marco de referencia de la otra persona. «Siendo el otro» lograremos una empatía que genere confianza, flexibilidad y apertura.

    Nuestra historia siempre esta ahí, porque de alguna manera nos condiciona en nuestras decisiones y pensamientos. Pero en la escucha empática uno entrega su enfoque y visión a la comprensión total del paradigma del otro. Es así como se logra un crecimiento mutuo y soluciones que beneficien a ambas partes.

    Un cordial saludo.

  • Muy bueno, yo creo que lo màs difícil de lograr es realizar la escucha sin despojarnos de nuestra historia, ya que está siempre, siempre presente y «se mete» «opina» compara» «fracciona» y es más fuerte que la empatìa, y dejarla de lado requiere de mucha pràctica

  • Gracias por tu valoración David. Refrendo cada una de tus palabras. Solo desde una escucha profunda podremos llegar a un nuevo nivel de comprensión, empatía y sinergia que nos catapulte a un nuevo nivel de desarrollo. Gran parte de los conflictos se reducirían a cero si aplicáramos ésta escucha.

    Un cordial saludo.

  • Gracias por tu aportación y valoración Luciano. Efectivamente el artículo es susceptible de ser completado, pero mi intención era plasmar unas ideas generales en torno al tema de la escucha profunda y empática.

    El feedback generado en este tipo de escucha es francamente excepcional, y además es un proceso en el que ambas personas aprenden marcos de referencias nuevos y ganan en nuevas perspectivas.

    Un cordial saludo

  • Gracias un post muy sencillo y enfocado…Solo desde una gran escucha interior podemos comunicarnos con sentido….si así lo hiciéramos hablaríamos muy poco…

  • Luciano Garcia

    Excelente artículo amigo Andrés, complementalo con los principios y valores que se deben tener para poder comprender más a la persona emisor ya que esto hace, como lo dices en tu artículo, más fácil el proceso sinergetico y completa la comprensión y valoración del otro para que se sienta valorado y comprendido y de paso enriquezca su alma.
    Saludos,
    Luciano

  • Me alegro que así sea. Un cordial saludo.

  • Gracias Andres realmente me sera de mucha ayuda .

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