El fenómeno de la expectativa

expectativa

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cuáles son los motivos que conducen a una vida infeliz? ¿Podemos gestionarlos y solucionarlos de manera efectiva? Estos motivos tienen un gran porqué, y ese porqué se debe al fenómeno de la expectativa. La expectativa es una perspectiva que limita nuestra visión y acota la gama de posibilidades y potencialidades que podemos desarrollar en orden a obtener realización, felicidad y dicha.

La expectativa crea unas condiciones ilusorias, un panorama que de no darse provocaría una merma en nuestra felicidad y confianza. Es una forma de condicionar el resultado, es decir, de limitarlo a una serie preceptos o parámetros previos que deben darse para obtener aquello que deseamos o buscamos. Es en cierta manera, reducir nuestro poder y responsabilidad propios en detrimento de factores externos que no están a nuestro control y alcance. A raíz de esta visión se produce una dificultad añadida, un obstáculo creado por nosotros mismos, el cual impide el florecimiento de nuestra mejor versión. Y esto es así, debido a que la expectativa pone absolutamente fuera de nuestro alcance, la capacidad de dirigir consistente y conscientemente nuestra vida.

La expectativa vendría a ser el fin que convertiría todo el proceso en un “medio para” obtener eso que se busca. Por lo tanto, estaríamos supeditando nuestra felicidad a la expectativa o fin que buscamos mediante nuestras acciones. ¿Acaso no sería más loable, sano y mejor disfrutar y crecer a través del proceso? ¿No obtendríamos un mayor provecho y felicidad valorando cada paso que estamos dando a lo largo del camino?

Estoy absolutamente convencido de que el proceso hacia el objetivo es más importante que el fin u objetivo mismo. Es durante el proceso en donde verdaderamente crecemos y elevamos el listón de lo que creemos dignos de alcanzar y ser. El proceso es el responsable del tipo de persona en el que nos convertimos, de la fe que manifestamos, del carácter que construimos. El camino que nos lleva hacia el objetivo es el que forja de manera efectiva nuestra mentalidad. El objetivo solo corrobora el buen hacer y la correcta actitud que hemos tenido a lo largo del proceso.

Si queremos comandar nuestra vida debemos eliminar la expectativa de nuestra experiencia. Con esto no quiero decir que no sea correcto prever ciertos resultados o esperar un cierto desenlace “lógico” que nos otorgue un plus de motivación. Cuando hablo de expectativa quiero hacer alusión a un comportamiento insano que convierte todo aquello que se hace en un medio (muchas veces tedioso) de alcanzar algo que nos otorgue la tan ansiada felicidad.

Tenemos la responsabilidad personal de hacer que las cosas sucedan. Poseemos la capacidad innata de decidir conscientemente el resultado que deseamos obtener, así como el marco de actuación idóneo para conseguirlo. No permitamos que la expectativa nos inmovilice y nos impida obtener la felicidad que siempre ha residido dentro de nosotros. La felicidad es un modo de ser y de actuar, no algo que se obtiene fruto de un esfuerzo o padecimiento.

A continuación, os enumero tres poderosas claves para disfrutar y sacar el máximo partido del proceso diario de mejora:

1. Focalízate solo en la tarea diaria

La expectativa siempre tiende a centrarse en sucesos futuros de muy difícil predicción, perdiendo así el foco y la concentración que está a nuestro alcance en este preciso momento. Nuestro futuro quedará claramente determinado por las elecciones que hagamos ahora. Por tanto, debemos centrarnos en elegir correctamente y hacer todo cuanto esté a nuestro alcance para que el día que tenemos a nuestra disposición sea lo más provechoso posible.

2. Disfruta del proceso y de todos sus detalles

Estamos tan enfrascados a veces en el objetivo final, que todo el proceso y recorrido se vuelve tedioso y difícil. Como reza el refrán: «Limítate a poner el ladrillo diario que corresponde y no te afanes en construir el muro de una sola vez». Es decir, preocúpate de entregarte al cien por cien hoy, y procura disfrutar de los pequeños logros que alcanzas día a día. Saboréalos y recompénsate adecuadamente por alcanzarlos. Esto te proporcionará una energía renovada para afrontar los nuevos retos que tienes por delante.

3. Elimina las excusas y ejerce tu responsabilidad personal 

La expectativa tiene como fiel aliada a la excusa. De esta manera, se cubre las espaldas por si la expectativa no se ve realizada. Elimina de raíz a las excusas de tu vida y comanda tu existencia de manera decidida ejerciendo tu responsabilidad personal. Solo tú eres responsable de tus resultados. Nada ni nadie tiene el poder de limitar tu vida, salvo que tú mismo cedas tu poder a las circunstancias o a otros. El timón de tu vida te pertenece.

Seamos conscientes de la visión limitativa que produce la expectativa y llevemos las riendas de nuestra existencia de manera decidida y clara. Un sin fin de posibilidades se abrirán ante nosotros, y seremos capaces de percibir la riqueza y la alegría que nos pertenece.

 

«Creer en el impacto insospechado que nuestras pequeñas acciones pueden tener es también comprender la repercusión de encender una pequeña cerilla en medio de la oscuridad».

Joni Eareckson

 

 

3 comentarios

  • Pingback: Cinco potentes aprendizajes que puedes extraer de esta cuarentena | Meta Altius

  • Muchísimas gracias Isabel por tu contestación y perspectiva. Me parece esclarecedora la analogía que realizas entre la expectativa y el faro. Creo que muchos de nosotros visualizamos la expectativa como un faro que mantiene el camino iluminado, claro y visible, sin embargo, como menciono en el artículo la expectativa lleva adherida en el mayor de los casos un resultado específico esperado.

    ¿Qué sucede si condicionas tu objetivo a un resultado específico y este no se cumple? Frustración y desilusión en tu vida. En cierta medida, la expectativa limita el abanico de opciones disponibles para alcanzar un objetivo de manera satisfactoria, ya que de antemano construye como «tiene que ser» el resultado para que este tenga validez. Es como cargar con una mochila adicional en las espaldas durante el proceso de conseguir tu objetivo. ¿No será más sano dejar la mochila a un lado y caminar con mayor holgura y libertad?

    Con esto quiero decir que es positivo tener un objetivo claro por el que luchar, pero no le adjuntes cargas innecesarias sobre como tiene que ser o manifestarse dicho objetivo. Tu misión es poner todo tu esfuerzo consciente diario para mejorar, como sea la forma en que se manifieste dicho resultado es secundario. Disfruta del camino.

    Un cordial saludo.

  • Nunca me había planteado la expectativa desde ese punto de vista.
    La expectativa la consideraba como un faro, como el dicho que dice «No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige».
    He considerado la expactiva como algo que me ha dado fuerza cuando el proceso se complicaba.
    También te diré que a veces he tenido la suerte de que no se haya cumplido exactamente las cosas que pensaba que eran lo mejor, y se han ido transformado en otras cosas que incluso me han gustado más.
    Y comparto contigo que el proceso es algo en lo que hay que deleitarse.
    Muy interesante tu punto de vista. Gracias por compartirlo

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