Ocho claves poderosas para conseguir relaciones fructíferas

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Todos los seres humanos nos sentimos más felices cuando nos encontramos profundamente vinculados a los demás. Al formar parte de una comunidad o grupo que entiende, potencia y comparte nuestros valores, somos capaces de desplegar más acertadamente nuestro abanico de potencialidades y habilidades. Las personas tenemos la necesidad de ser estimados y sentir que formamos parte de algo mayor, buscamos satisfacer nuestro sentido de pertenencia.

Las relaciones son el núcleo fundamental de esta honda necesidad en la persona. En ellas se encuentra el potencial de compartir, crecer y aprender. Toda relación sea del tipo que sea (profesional, amorosa, amistosa), juega un papel importante en nuestro desarrollo y aprendizaje. Como cita el escritor y poeta peruano Alex Pimentel; «Somos seres sociales por naturaleza, estamos condenados a agruparnos para conseguir la verdadera victoria». Nuestra naturaleza esencial anhela y desea fervorosamente compartir, dar y experimentar grandes cosas con los demás. Toda evolución, hallazgo y descubrimiento que ha posibilitado mejorar ha sido concebido para y por los demás. Piensa en Edison, el invento de la bombilla no buscaba satisfacer sus propias necesidades, sino que tenía como cometido cumplir con las demandas de la gente.

Las relaciones fructíferas y sólidas sacan lo mejor de las personas. Cuando la gente se siente verdaderamente apreciada y estimada es capaz de manifestar lo mejor de sí. El feedback positivo resultante hace que se fortalezcan los lazos de confianza, seguridad y certeza, avivando las capacidades y recursos que ambas personas poseen. A mayor y mejor relación, mayor y mejor progreso y crecimiento. El propio proceso de compartir hace relucir y resplandecer las virtudes de cada persona.

A continuación me gustaría exponer ocho claves potentes para fomentar y conseguir relaciones de alta calidad:

1. Sé la persona más positiva y entusiasta que conozcas

Haz que cada relación e interacción con la gente sea positiva y cualitativa. Procura dejar siempre un gesto que aliente o alegre el día de tu prójimo. Marca una pequeña diferencia con cada persona que te encuentres, házle saber que es importante. Tanto tú como él notaréis la diferencia.

2. Sé puntual y considerado

La puntualidad es un rasgo muy revelador. Deja un sútil mensaje de nuestros estándares y de sobre cómo valoramos el tiempo de la otra persona. Es una muestra rotunda de respeto y apreciación.

3. Sé un formidable y atento oyente

Es uno de los aspectos que más suele faltar en las relaciones. La escucha profunda, atenta y empática es una inmejorable manera de mostrarle importancia a la otra persona. Este tipo de escucha genera un espacio de confianza y buen clima en el que ambas personas intentan elevarse, entenderse y comprender mejor las situaciones que vivencian. Escuchar profundamente es vital para llevar las relaciones al siguiente nivel de mejora.

4. Conviértete en alguien apasionadamente interesado por la gente

Sé el tipo de persona que muestra interés por cada ser que habita este mundo. Sé compasivo y empático con todo aquel que verdaderamente necesite tu ayuda. Deja un pequeño aporte y mejora en el corazón de esas personas, diles que no están solas y que jamás caigan en el abandono. Sé la chispa que encienda su fuego interior, sé su apoyo constante.

5. Promete menos y cumple más

Desarrolla el valor de la integridad con todas tus fuerzas. Haz que tus acciones manifiesten tus más profundos pensamientos y desarrolla la congruencia ejemplar que haga reflexionar a tu círculo más cercano. Que cada huella que dejes impresa lleve el sello de tu verdad y conciencia interiores. Que tus acciones sean un modelo claro a seguir.

6. Desarrolla el cimiento básico de la confianza

La confianza es el pilar fundamental de una relación. Es el valor que propicia el crecimiento efectivo en las relaciones y las fortalece. Brinda confianza y aprende a valorar la que recibes. Sé el tipo de persona que inspira confianza e integridad allá a donde va. Recuerda que la confianza perdida es muy difícil de recuperar.

7. Sonríe a menudo y transmite vibraciones positivas

Las personas positivas contagian e irradian energía, felicidad y buenas vibraciones. Sé el tipo de persona que transmite esa energía a los demás en cada cosa que hace. La positividad engancha, conecta y libera nuestra verdadera esencia interior. Sonríe siempre que puedas y ten una cara amable y comprensiva con todo el mundo. Te convertirás en un modelo para muchos y conseguirás elevar los estándares. Para eso has venido a este planeta.

8. Haz de la amistad un arte

Ensalza la amistad allí a donde vayas. Conviértela en un arte maravilloso y bello. Forja relaciones con los demás que eleven tus pensamientos y los suyos. Procura crear relaciones basadas en la confianza, la honestidad, el amor incondicional y la comprensión. Que tu amistad sea una muestra excelsa de tu verdadero ser.

Manifiesta tus principios y valores en cada relación que suceda en tu vida. No brindes lo mejor sólo a tu pareja o a alguien que suscite en ti un amor especial. Cada persona merece ser amada y atendida por lo que ES, y merece saber que es importante. ¿Se lo vas a hacer saber?

 

«La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas».

Aristóteles

 

Os subo un videopost en el que hablo sobre la HUELLA que podemos dejar en la vida.  Estamos aquí para dejar un legado, una huella imborrable a nuestro alrededor que sirva como revulsivo y ejemplo para todos aquellos que formen parte de nuestra vida. Está en nuestra mano vivir una vida llena de estupendas experiencias y aprendizajes que nos ayuden a crecer y evolucionar.

¡Feliz día!

 

4 comentarios

  • Muchísimas gracias Bea por tu aportación y visión. Efectivamente, no exigir nada y no tener expectativas acerca de lo que se da es algo fundamental para alcanzar paz interior y un desapego con respecto a aquellas cosas que no podemos controlar. ¡Muy buen apunte!

    Con respecto a lo que dices, puede ser que te entregues excesivamente en una relación, descuidando indirectamente tus necesidades más esenciales para contigo mismo: dedicarse tiempo y espacio, saber decir que no, satisfacer tus demandas personales, tener autoconfianza y seguridad en lo que deseas ser y manifestar. A veces sin darnos cuenta, nos volcamos en el otro y en el cuidado de las relaciones, debido a que nos da un sentido de pertenencia más completa y notoria, sin embargo, como reza el refrán, no puedes dar nada a los demás si antes no te lo proporcionas a ti mismo.

    Un cordial saludo.

  • Yo añadiría; no exigir nada. Lo he aprendido con el tiempo.

    vaya!
    Pues yo cumplo todas y no no sé si es porque la gente vive en su mundo…pero parece que siempre acabo yo cuidando las relaciones…por lo tanto, puede ser que falte algo?

  • Gracias Oxana por tu comentario. Estas claves tienen como cometido sacar a relucir nuestra mejor versión como seres humanos y compartirlo a su vez con los demás. La contribución y el crecimiento compartido son las claves que nos permiten reconocer nuestra grandeza, propiciando así una mejora constante y una mejor interrelación con los demás.

  • Muy buen articulo, la verdad es que los seres humanos debemos ser siempre nosotros mismos, dejar salir lo mejor que tenemos en nuestro interior, porque todos sin duda alguna somos capaces de brindar amor, confianza y respeto. todo esto nos permite ser mejores cada día y esto nos permitirá ser mejores y brindar lo mejor de si mismo.

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